¿Por qué mi gato siempre tiene hambre pero está flaco?

por qué mi gato siempre tiene hambre pero está flaco

Los gatos son hermosos en todos los tamaños. Sin embargo, es muy posible que te preocupe que tu gato esté demasiado delgado, sobre todo cuando parece comer con normalidad.

Al igual que el sobrepeso puede ser un problema alarmante, estar demasiado delgado también puede ser una señal de alarma de diversos problemas de salud subyacentes en los gatos.

Hay varios factores que pueden estar haciendo que tu gato adelgace o impidiéndole ganar peso. Estos factores pueden variar en función de su edad o raza, sus niveles de actividad, la comida que ingiere o cualquier problema de salud que pueda estar padeciendo, como diabetes, hipertiroidismo, parásitos intestinales, etc.

A continuación encontrarás explicados todos estos factores, así como información sobre cómo saber si tu gato puede considerarse demasiado delgado y cómo debe ser un gato de peso saludable.

Contenidos
  1. ¿Por qué mi gato come tanto pero no gana peso?
  2. Factores normales que inhiben el aumento de peso en los gatos
    1. Edad avanzada
    2. Niveles de actividad elevados
    3. Elección de la comida
  3. Problemas de salud que causan pérdida de peso en los gatos
    1. Problemas gastrointestinales
    2. Parásitos intestinales
    3. Hipertiroidismo
    4. Diabetes
    5. Dolencias psicológicas
  4. ¿Cuál es el peso ideal de los gatos?
    1. Cómo saber si tu gato está por debajo de su peso
    2. Cómo saber si tu gato tiene sobrepeso
    3. Cómo saber si tu gato tiene un peso saludable
  5. CONCLUSIÓN

¿Por qué mi gato come tanto pero no gana peso?

El peso corporal viene determinado por la cantidad de energía que introducimos en nuestro cuerpo frente a la que consumimos. Cuanto más comamos, más peso ganaremos. A menos que hagamos suficiente ejercicio para gastar todas las calorías que consumimos. Para perder peso, ocurre lo contrario. Si nuestro cuerpo quema más energía de la que le proporcionamos con la dieta, perderemos peso.

Este equilibrio entre el aporte de energía, la producción de energía y el peso no sólo es cierto para los humanos. Es cierto para todos los animales, incluidos los gatos. Por tanto, cabría suponer que un gato que siempre tiene hambre y siempre está comiendo sería un gato gordo de verdad. Entonces, ¿por qué algunos gatos siempre tienen hambre pero están flacos?

Todo tiene que ver con una alteración entre la entrada y la salida de energía. Para que un gato se mantenga delgado, debe consumir más energía de la que obtiene con su dieta. Por tanto, para un gato que come una cantidad saludable, es probable que uno de los siguientes factores sea cierto:

  • Algo está haciendo que el cuerpo utilice más energía en su nivel basal de la que normalmente utilizaría. En otras palabras, su tasa metabólica basal está aumentada.
  • Algo está impidiendo que el cuerpo obtenga la energía de los alimentos que ingiere y absorba todos los nutrientes.
  • La comida que ingiere es de mala calidad, por lo que, a pesar de comer mucho, tu gato no obtiene de su dieta lo que necesita.

Factores normales que inhiben el aumento de peso en los gatos

En esta sección examinamos con más detalle los factores que inhiben el aumento de peso. Los factores enumerados a continuación dependen de las circunstancias particulares de tu gato y de sus rasgos naturales, como su edad, raza y temperamento. Puede que se apliquen uno, dos o los tres factores.

Edad avanzada

Los gatos mayores y geriátricos son los más propensos a perder peso aunque mantengan su apetito habitual. Esto se debe a que la vejez conlleva inevitablemente cambios metabólicos y deteriora sus funciones digestivas. Su digestión deteriorada significa que quizá no absorban toda la energía y los nutrientes de su dieta. A pesar de comer mucho, no se benefician mucho de ello.

Los gatos mayores también son más propensos a sufrir problemas médicos como diabetes, hipertiroidismo y fallos orgánicos como la enfermedad renal. Todos ellos son problemas de salud que provocan pérdida de peso debido a síntomas como diarrea, vómitos, actividad excesiva, micción excesiva y pérdida de masa muscular.

Si ves que tu gato mayor no come pero sí bebe, llévalo enseguida a una revisión con tu veterinario.

Niveles de actividad elevados

Como ya se ha dicho, la simple matemática nos dice que quemar más calorías de las que se consumen conduce a la pérdida de peso. Esto suele ocurrir cuando un gato empieza a comer menos de lo habitual debido a un malestar físico o psicológico. Sin embargo, cuando un gato come normalmente pero sigue perdiendo peso, puede tener algo que ver con su nivel de actividad.

Los niveles de actividad suelen depender de la raza, la edad, el temperamento particular y la situación vital del gato:

Niveles de actividad según la edad

Los gatitos y los gatos jóvenes suelen ser más activos que los gatos mayores y maduros. También necesitan casi el doble de calorías que un gato adulto para crecer adecuadamente. Puede variar de un gato a otro, pero en general, a medida que los gatos jóvenes maduran, se vuelven más tranquilos. Contrariamente a la creencia popular, esto no es consecuencia de la esterilización, sino el curso natural del envejecimiento.

Si tienes un gato joven que no parece ganar el peso necesario a medida que crece, visita al veterinario para eliminar cualquier problema de salud, como parásitos intestinales.

Niveles de actividad según la raza

Algunas razas de gatos son más activas que otras por defecto. Razas como el abisinio, el bengalí, el sabana y el siamés suelen ser muy atléticas y activas. Quizá hayas observado que estos gatos parecen más esbeltos y en forma, como un leopardo o un guepardo. Esto se debe a que queman muchas más calorías con todo el ejercicio que hacen y, de paso, desarrollan mucha musculatura.

En comparación, razas como el Persa, el Ragdoll y el Maine Coon son más sedentarias. Son lo que solemos llamar "gatos falderos" y su aspecto físico es bastante distinto del de las razas más activas mencionadas anteriormente.

Niveles de actividad según el estilo de vida

Los gatos que tienen la oportunidad de salir al exterior también suelen ser más activos debido a sus particulares circunstancias de vida. Cuando un gato sale al exterior, está más alerta ante el peligro y tiene muchos más estímulos para mantenerse ocupado y en movimiento.

Según las circunstancias de su entorno exterior, tu gato puede estar corriendo detrás de un pájaro o durmiendo en un lugar soleado. Así pues, no todas las visitas al exterior significan necesariamente que tu gato esté más activo de lo habitual. Por tanto, los gatos de exterior pueden comer más y mantenerse delgados, mientras que los gatos de interior, más perezosos y que no se mueven mucho, pueden acumular kilos fácilmente.

Aunque estos factores afectan a los niveles de actividad de un gato y a la cantidad de calorías que quema diariamente, sigue siendo una cuestión importante si sigue adelgazando. Aunque un gato sea muy activo, al menos debería mantener su peso si come bien. Por tanto, si estás seguro de que tu gato ingiere todas las calorías que necesita y sigue adelgazando, llévalo al veterinario para obtener resultados concluyentes.

Elección de la comida

Aunque lleves años alimentando a tu gato con la misma comida sin problemas, es posible que necesite un cambio de dieta.

Puede que la comida actual de tu gato no satisfaga sus necesidades calóricas o nutricionales tan bien como pensabas. O puede que tu gato sea alérgico a algún ingrediente de la comida. Yo solía ver a mi gata vomitando después de comer todo el tiempo y resultó que era alérgica a la proteína específica de su comida. Por eso es importante leer atentamente las etiquetas de los alimentos para gatos y comparar las proporciones de nutrientes para facilitar un aumento de peso saludable.

Opta por alimentos que tengan cantidades elevadas de proteínas de calidad. Aunque no deben eliminarse, la fibra y los carbohidratos deben estar al mínimo (no más del 2%) porque alteran la digestión de tu gato. El mejor truco para que tu gato ingiera cantidades elevadas de calorías nutritivas es optar por alimentos muy sabrosos, con muchas calorías de proteínas y grasas.

El método más recomendable para conseguir este tipo de comida es mezclar comida seca y húmeda. ¿Tu gato ha dejado de comer comida seca pero come golosinas? Mezclar comida húmeda y seca también es una idea inteligente si tu gato se niega a renunciar a sus queridas croquetas. También puedes considerar la posibilidad de añadir deliciosos y nutritivos ingredientes a la comida habitual de tu gato.

Sin embargo, la comida húmeda suele recomendarse a los gatos que tienen problemas de pérdida de peso y apetito. Esto se debe a que los alimentos húmedos suelen tener más proteínas que los secos. Además, tienen más humedad, lo que ayuda a una hidratación adecuada. También es una buena opción si tu gato padece una enfermedad dental u otra afección bucal que le haga doloroso masticar croquetas duras.

Consulta a tu veterinario cuando vayas a cambiar la dieta de tu gato. Tu veterinario será quien mejor te recomiende el alimento más adecuado para tu gato.

Problemas de salud que causan pérdida de peso en los gatos

Aunque es frecuente que los gatos mayores y los felinos muy activos estén delgados, debes ser consciente de los problemas de salud que pueden causar pérdida de peso en los gatos. En efecto, cuando un gato pierde peso aunque coma con normalidad, lo más probable es que se deba a los problemas de salud que se indican a continuación.

Problemas gastrointestinales

Los problemas gastrointestinales (GI) de los gatos afectan a su tracto digestivo y pueden ser de leves a graves. Pueden ser agudos, como los provocados por un virus, una bacteria, un parásito o una toxina. Por otra parte, los trastornos gastrointestinales pueden ser crónicos, provocados por alergias, cáncer o infecciones recurrentes, sobre todo en gatitos mayores.

Existe una gran variedad de problemas gastrointestinales, pero algunos de los más frecuentes en los gatos son

  • Infecciones parasitarias internas
  • Inflamación del intestino grueso
  • Cánceres en el aparato digestivo
  • Obstrucción a lo largo del tubo digestivo
  • Úlceras de estómago o úlceras intestinales
  • Enfermedad inflamatoria intestinal
  • Inflamación del estómago, conocida como gastritis

La pérdida de peso como síntoma es común a todos estos problemas gastrointestinales. Cada uno de ellos altera de algún modo la función digestiva normal. Como consecuencia, el organismo no puede absorber toda la energía y los nutrientes que necesita a través de la dieta. A pesar de comer con normalidad, esto puede provocar una pérdida de peso a largo plazo si no se trata la enfermedad subyacente.

La pérdida de peso también está causada por otros síntomas de la enfermedad, principalmente vómitos y diarrea. Los gatos enfermos o con diarrea no absorben todos los nutrientes y la energía de la comida. La pérdida de peso como síntoma es especialmente frecuente en gatos mayores que padecen trastornos gastrointestinales. Estos felinos mayores ya tienen una función digestiva alterada, por lo que una enfermedad gastrointestinal añadida no hace sino agravarla.

Muchas enfermedades gastrointestinales también pueden hacer que un gato deje de comer por completo. Tu gato no apreciará las molestias digestivas ni los vómitos constantes, por lo que perderá el apetito. Por supuesto, ¡esto sólo empeora su pérdida de peso! Al no consumir tanta comida como deberían, su organismo se debilita aún más.

Si observas que tu gato no come ni bebe durante 3 días, se trata de una urgencia médica. En este punto, tu gato corre el riesgo de morir si no buscas ayuda profesional. Sin embargo, aunque tu gato tenga diarrea pero parezca estar bien por lo demás, es mejor que acudas al veterinario. La detección precoz de estos problemas gastrointestinales facilita mucho el tratamiento. Puede ser que tu gato sólo tenga una tripa rara, pero siempre es mejor prevenir que curar.

En función del diagnóstico, el veterinario puede recomendar tratamientos que van desde un simple cambio de dieta hasta una medicación más especializada o incluso la cirugía.

Parásitos intestinales

Los parásitos intestinales también se consideran un problema gastrointestinal porque causan un trastorno en el tubo digestivo del gato. He querido ponerlos en un epígrafe aparte porque varios tipos de parásitos internos pueden causar una pérdida de peso no deseada en un gato. También son una de las causas más frecuentes de molestias gastrointestinales y merece la pena examinarlos más de cerca.

Lombrices intestinales

Los ascáridos son el parásito intestinal más frecuente que puede causar una pérdida de peso no deseada en los gatos. Viven libremente en el interior de los intestinos de tu gato y se alimentan de la comida que ingiere. Esto significa que tu gato no obtiene los nutrientes y la energía que necesita, a pesar de comer mucho.

Causas de las ascárides

Los gatos suelen contraer ascárides por contacto con roedores y otros animales pequeños. Los gatos tienen muchas probabilidades de ingerir las larvas que portan estos animales. Así pues, si a tu gato le gusta salir al exterior y tiene la costumbre de traerte regalos como ratones, puede correr el riesgo de contraer ascárides.

Los gatitos también pueden contraer ascárides de la leche materna si su madre tiene ascárides. Las ascárides pueden ser especialmente problemáticas en los gatitos. Esto se debe a que los gatos jóvenes aún son muy vulnerables a cualquier tipo de infección. Además, a diferencia de los gatos adultos, que intentan mantener su peso, los gatitos intentan convertirse en jóvenes gatos adultos fuertes.

Síntomas de las ascárides

Si tu gato tiene ascárides, notarás todos los síntomas siguientes:

  • Pérdida de peso a pesar de comer como de costumbre
  • Vómitos y diarrea
  • Pelaje de aspecto apagado
  • Vientre ligeramente agrandado, especialmente visible en los gatitos

También puedes detectar fácilmente lombrices intestinales en las heces de tu gato. Aparecen como pequeños gusanos filamentosos que son bastante fáciles de distinguir. Ten en cuenta que las lombrices intestinales también pueden afectar a los humanos, así que ten mucho cuidado al examinar las heces de tu gato y toma medidas para mantener las manos limpias y alejadas de la cara.

Tratamiento de las ascárides

Normalmente no hay que preocuparse si tu gato tiene ascárides, porque es una enfermedad fácilmente tratable. Hay varios medicamentos que erradican las ascárides y que tu veterinario puede recomendarte.

Lo importante es tener en cuenta que estos medicamentos no actúan sobre los huevos de ascáride latentes, sino sólo sobre los ascáride maduros. Así pues, tu veterinario probablemente te prescribirá un tratamiento de varias tandas con un intervalo de 2-4 semanas para eliminar todas las larvas que aún pueda haber en los intestinos de tu gato.

Para evitar que tu gato contraiga ascárides en el futuro, debes seguir su medicación mensual contra los parásitos internos. También puede ser útil programar controles rutinarios de las heces aunque no sospeches ningún problema.

Anquilostomas

Al igual que los ascárides, los anquilostomas también viven en los intestinos del gato. Sin embargo, a diferencia de las ascárides, los anquilostomas se agarran a las paredes intestinales y se alimentan de la sangre del tejido intestinal. Al hacerlo, alteran la función digestiva habitual de tu gato, por lo que éste tiene dificultades para absorber todo lo que necesita de su dieta. Esto conduce a una pérdida de peso a pesar de que no haya cambios en el apetito.

Los anquilostomas suelen introducirse en el organismo del gato cuando éste congestiona las larvas sin darse cuenta. Los anquilostomas suelen encontrarse en ambientes húmedos y cálidos. Los gatos que salen al exterior en estos ambientes son propensos a ingerir huevos de anquilostoma por contacto con otros animales o superficies. Al igual que las infecciones por ascáride, los gatitos también pueden contraer anquilostomas de la leche de su madre si ésta los tiene.

Los síntomas más comunes de los anquilostomas en un gato son la pérdida de peso y un pelaje de aspecto poco saludable. Como los anquilostomas se alimentan de la sangre del tejido intestinal del gato, el resultado más claro de la infección por anquilostomas es la anemia. La sangre digerida en los intestinos del gato hará que las heces de un gato infectado parezcan casi negras.

Al igual que los ascáridos, el diagnóstico y el tratamiento de los anquilostomas también son fáciles. Tu veterinario puede reconocer fácilmente los huevos de ascáride en las heces de tu gato al microscopio. El tratamiento requiere al menos dos rondas de administración de un medicamento llamado antihelmíntico para destruir los huevos recién eclosionados.

Giardia

Las giardias son organismos unicelulares que residen en el intestino delgado del gato como parásitos. Causan la giardiasis, una dolencia que provoca pérdida de peso, diarrea, deshidratación y letargo en los gatos.

Afortunadamente, la giardiasis no es muy frecuente. Suele propagarse en entornos pobres y superpoblados, como refugios y perreras. Los gatos pueden contraer el parásito de las heces infectadas de otros gatos al compartir la caja de arena o de fuentes de agua contaminadas.

El diagnóstico y el tratamiento de la giardiasis son relativamente más difíciles que los de las lombrices. No todos los gatos que tienen giardia desarrollan giardiasis, pero pueden contagiarla a otros gatos. Sin embargo, la giardia puede observarse en las heces de un gato al microscopio o mediante pruebas de anticuerpos en las heces. Detectar quistes de giardia en las heces es más difícil que detectar lombrices, y pueden ser necesarias varias muestras para ser concluyentes.

Una vez diagnosticada, el tratamiento suele consistir en un medicamento antibiótico llamado metronidazol. Un gato puede necesitar varias rondas de este tratamiento porque la giardia puede ser resistente. Si tu gato tiene giardia, asegúrate de mantener limpia su caja de arena para evitar la reinfección. También es importante separar las cajas de arena si tienes varios gatos para que no se propague.

Hipertiroidismo

El hipertiroidismo es un trastorno glandular que puede afectar a cualquier gato, pero es más frecuente en gatos mayores, pasados los 10 años. Su síntoma más característico es la pérdida de peso acompañada de un aumento del apetito. Otros síntomas del hipertiroidismo son 

  • Sed y micción excesivas
  • Aumento de los niveles de actividad
  • Vómitos y diarrea
  • Jadeo e inquietud

Como su nombre indica, el hipertiroidismo se produce cuando la glándula tiroidea situada en el siguiente se vuelve hiperactiva. Esta glándula es responsable de producir una hormona tiroidea conocida como T4. Esta hormona interviene directamente en el metabolismo. Cuanta más hormona tiroidea haya, más rápido será el metabolismo de tu gato. Esto significa que quema más energía en reposo que antes. Por ello, aumentará el apetito de tu gato y disminuirá su peso.

Como el hipertiroidismo provoca niveles elevados de la hormona T4 en el torrente sanguíneo, la técnica de diagnóstico es un análisis de sangre. Para ello tendrás que llevar a tu gato al veterinario. Sin embargo, intenta que no cunda el pánico si diagnostican a tu gato. El hipertiroidismo es tratable, e incluso puede ser curable si se diagnostica precozmente. Algunas opciones de tratamiento son

  • Medicación antitiroidea: Suele tratarse de un medicamento oral que contiene metimazol y que debe tomarse a diario. La medicación puede administrarse como tratamiento de por vida o para ayudar a estabilizar a tu gato antes de otra opción de tratamiento.
  • Cirugía de extirpación de la tiroides: El nombre científico de la extirpación quirúrgica de la glándula tiroides es tiroidectomía. A tu gato pueden extirparle una o ambas glándulas. Sin estas glándulas en el cuerpo de tu gato, no puede sobreproducir la T4 Por lo tanto, la cirugía es curativa.
  • Terapia con yodo radiactivo: Se trata de una opción de tratamiento curativo más reciente que ha demostrado tener unas tasas de éxito increíbles en los gatos. Es mucho menos arriesgada y requiere menos tiempo de inactividad que la cirugía. Tu gato sólo necesita una inyección de yodo que destruye para siempre las células hiperactivas.

Diabetes

La diabetes significa que el organismo de un gato no puede producir la cantidad necesaria de insulina para regular su nivel de azúcar en sangre. La diabetes en los gatos puede causar pérdida de peso, aunque otro de sus síntomas es que comen mucho. Esto se debe a que su organismo no puede aprovechar los nutrientes que consumen, por lo que no engordan. Al mismo tiempo, nunca están satisfechos y por eso ansían más, lo que hace que aumente su apetito.

Otros síntomas de la diabetes son la sed y la micción excesivas, que provocan deshidratación, y los vómitos. En algunos casos, también puede haber pérdida de apetito. Esto suele deberse a un mal control de la diabetes, ya que los estudios han descubierto que un nivel elevado y constante de azúcar en sangre puede reducir el apetito de tu gato. La diabetes también puede hacer que tu gato se sienta mal, lo que le hace desistir de comer. Así pues, si tu gato no come mucho pero actúa con normalidad, la diabetes podría ser la causa.

Aunque el tratamiento médico de la diabetes felina es la terapia con insulina, ajustar su dieta también ayudará a resolver la situación. Los gatos diabéticos deben seguir una dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos. Así el organismo digiere y absorbe más fácilmente lo que necesita.

Dolencias psicológicas

El malestar psicológico es otra causa bien conocida de pérdida de peso en los gatos. El estrés y la ansiedad en los gatos pueden provocar trastornos alimentarios como la anorexia. La anorexia en los gatos significa una pérdida notable de apetito causada por motivos psicológicos más que físicos.

Si tu gato siempre tiene hambre pero pierde peso, probablemente el estrés y la ansiedad no sean la causa. Aun así, quería mencionar esta posibilidad porque a veces puede ser difícil saber si tu gato come normalmente. Esto es especialmente cierto si cuidas de varios gatos. Controlar exactamente cuánto come cada gato puede ser una tarea ingente. Es posible que tu gato estresado y ansioso no coma mucho, mientras que tu felino más glotón se lo zampa todo.

Si no observas ningún cambio de comportamiento aparte de la pérdida de apetito, puede ser indicativo de problemas subyacentes relacionados con el estrés. Debes tomarte muy en serio la pérdida de apetito y de peso. Sin embargo, si tu gatito estresado no come, probablemente no sea el único indicio de estrés. Otros síntomas son

  • Se acicala más de lo habitual
  • Aumento de los comportamientos de ocultación
  • Actuación más cariñosa o más agresiva
  • Maullidos excesivos y otras vocalizaciones
  • Se vuelve menos tolerante con las personas
  • Reticencia a utilizar la gatera o la caja de arena

Para evitar cualquier malestar psicológico como causa de la pérdida de apetito, debes asegurarte de que la disposición de la comida de tu gato sea la ideal. Coloca su comida en un rincón limpio y tranquilo de tu casa que esté alejado de su caja de arena. No debe haber mucho tránsito de personas ni distracciones cerca de su comida.

También te recomiendo que alimentes a tus gatos en habitaciones distintas si hay conflictos a la hora de comer. Incluso puedes comprar comederos para gatos con sensores en el collar. Son una forma estupenda de llevar la cuenta exacta de lo que ha comido cada uno de tus gatos. Así, cuando se produzcan cambios en sus hábitos alimentarios, te darás cuenta enseguida.

También debes evaluar el entorno de tu gato en busca de causas como un gran cambio reciente (llegada de una nueva mascota, mudanza a una nueva casa, cambio en su comida habitual) u otros factores de estrés constante, como demasiado ruido, falta de higiene, aire viciado, etc. Ten en cuenta que los gatos son extremadamente empáticos y pueden incluso reflejar el estado de ánimo de su dueño.

Siempre que sea posible, querrás eliminar estos factores de estrés para que no afecten a tu gato. Sin embargo, esto no siempre es posible. Si te has mudado de casa, no puedes volver a la antigua porque a tu gato no le guste. En estos casos, deberás hacer que tu casa sea lo más acogedora posible para el gato. Proporciónale muchos juguetes, rascadores y lugares donde esconderse. Cualquier cambio que introduzcas en el entorno de tu gato en el futuro debe hacerse lentamente.

¿Cuál es el peso ideal de los gatos?

No debería importar lo gordo o flaco que esté tu gato, siempre que esté sano. Y un peso saludable para un gato puede ser completamente distinto de un peso saludable para otro. La edad, la raza y el sexo de tu gato influyen en el peso saludable. Por tanto, no existe una cifra ideal para el peso de un gato.

Sin embargo, teniendo en cuenta la edad, la raza y las condiciones de salud de tu gato, puedes determinar un intervalo de peso saludable para él y asegurarte de que se mantiene dentro de él. Pero incluso esto puede dar una impresión falsa. Por tanto, una idea mejor es determinar si tu gato tiene o no un peso saludable basándote en su aspecto.

Entonces, ¿cómo puedes saber si tu gato tiene un peso saludable con sólo mirarlo?

Cómo saber si tu gato está por debajo de su peso

En los gatos con bajo peso, puedes ver fácilmente sus costillas, columna vertebral y huesos de la cadera, porque tienen muy poca o ninguna grasa. Los gatos con bajo peso tienen un pliegue abdominal muy profundo, lo que significa que su zona ventral parece casi hueca. (Aunque, como he mencionado antes, la infección por ascáride puede hacer que la barriga del gato aumente de tamaño). Los gatos con bajo peso también tendrán poca musculatura, por lo que sus patas parecerán flacas en lugar de atléticas y musculosas.

Si tienes una raza de pelo largo y no puedes distinguir fácilmente estos rasgos, también puedes intentar inspeccionar a tu gato con las manos. Esto puede ser más difícil porque, a menos que tengas un gato con sobrepeso extremo, puedes palpar fácilmente sus costillas, columna vertebral y huesos de la cadera. Palpar simplemente estos huesos no significa que tu gato tenga un peso inferior al normal.

Así pues, he aquí un truco: si sus costillas se sienten como un hueso muy duro (como lo que sientes cuando te tocas los nudillos), significa que no hay grasa a su alrededor. Si las costillas se sienten mucho más acolchadas (como el interior de la palma de tu mano), entonces puede indicar un exceso de grasa. La dureza ideal que debes sentir debe ser como la del dorso de la mano, ligeramente acolchada pero no hasta el punto de ser blanda.

Cómo saber si tu gato tiene sobrepeso

A menos que sea gravemente obeso, distinguir a un gato con sobrepeso puede ser más difícil. Esto se debe a que, obviamente, al gato no le sobresalen las costillas. Por lo tanto, tienes que buscar otros indicios.

Quizá el rasgo visual más distintivo en un gato con sobrepeso es que no tiene abdomen, lo que significa que no se le ve la cintura. También tendrá un vientre visible que puede estar caído, según el grado de sobrepeso. Además del torso, las extremidades de un gato con sobrepeso también parecerán fornidas, y no podrás ver mucha definición muscular.

Mira a tu gato no sólo de perfil, sino también desde arriba. En los gatos con sobrepeso, verás protuberancias evidentes a los lados, en la zona lumbar. Aunque esto también puede ocurrir con las gatas preñadas, así que asegúrate de haber eliminado esa posibilidad antes de declarar que tu gata tiene sobrepeso.

Para las razas de pelo largo, simplemente intenta palpar las costillas de tu gato. Si apenas puedes sentirlas, o si las nota muy acolchadas (como la palma de tu mano en lugar de los nudillos), puede que haya un exceso de grasa a su alrededor. Tu gato necesitará cambiar unos kilos para volver a un peso saludable.

Cómo saber si tu gato tiene un peso saludable

Entonces, ¿cómo debería ser un gato sano y de tamaño ideal? Una vez más, no puedo ofrecerte un número en una báscula, porque el peso ideal varía según la raza, el sexo y la edad. Al igual que he explicado con los gatos con bajo peso y con sobrepeso, también puedes saber cuándo un gato está en su peso ideal por su aspecto.

Un gato sano parecerá bien proporcionado en todas las zonas de su cuerpo. Tanto si la miras desde los lados como desde arriba, no mostrará ninguna anomalía. No notarás que su barriga barre el suelo, que los michelines se extienden por ambos lados, ni que los flancos se ahuecan debido al bajo peso. Del mismo modo, las extremidades no serán ni demasiado delgadas ni demasiado gruesas.

Podrás ver la cintura de un gato de peso saludable, aunque su abdomen no aparecerá recogido ni hueco. De hecho, puede haber un poco de grasa en la zona del abdomen. Esto es perfectamente sano, y es bueno que los gatos lleven un poco de relleno extra.

Además, tampoco notarás costillas muy salientes ni huesos claramente definidos. Sin embargo, las costillas de un gato de peso sano pueden palparse. Deberías notar un pequeño acolchado sobre ellas, como el dorso de la mano. Seguirán sintiéndose firmes, pero no demasiado huesudas como tus nudillos.

CONCLUSIÓN

Recuerda que la pérdida de peso es más o menos un proceso gradual. Puede ser difícil de notar, sobre todo si tu gato parece comer con normalidad. Por eso debes asegurarte de comprobar regularmente las heces de tu gato, estar al día con su desparasitación rutinaria e intentar seguir cualquier cambio físico, como el aspecto de su pelaje, el estado de sus dientes, su movimiento, etc.

También es importante vigilar cualquier cambio de comportamiento en busca de signos de letargo, estrés, falta de higiene personal, patrones de sueño inusuales. Todo ello puede indicar que a tu gato le pasa algo que podría estar haciéndole perder peso y caer por debajo de un nivel saludable.

Si detectas alguna irregularidad en el aspecto o el comportamiento de tu gato, lo primero que debes hacer es acudir al veterinario para que le haga un chequeo completo. Esto revelará cualquier problema existente y te permitirá tomar medidas para tratar a tu gato. Como la pérdida de peso lleva tiempo, no tardes en llevar a tu gato al veterinario. También existe la posibilidad de que la enfermedad esté bastante avanzada, ¡por lo que un tratamiento rápido es más importante que nunca!

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