¿Por qué mi gato ha dejado de comer comida seca pero come golosinas?

el gato ha dejado de comer comida seca pero come golosinas

Los gatos son criaturas extremadamente quisquillosas en muchos aspectos de la vida, pero sobre todo cuando se trata de la comida. Mientras que la solución normal será cambiar a un alimento que prefiera, ¿qué ocurre si tu gato ha dejado de comer el alimento seco que le has estado dando durante años? ¿Por qué de repente le falta entusiasmo por la comida que solía comer alegremente?

Mi gato dejó de comer comida seca, pero come golosinas, así que sabía que no era la textura de la comida lo que le desanimaba. Resulta que la razón más frecuente por la que tu gato deja de comer comida seca son los cambios en su entorno y en su rutina, que lo apartan de su comida.

Sin embargo, también es posible que le estés dando demasiadas golosinas, que las croquetas estén rancias o que haya problemas de salud que deban descartarse.

La razón más frecuente por la que tu gato ha dejado de comer comida seca pero come golosinas es que algo ha cambiado en su entorno.

Los gatos son muy sensibles al mundo que les rodea, y hasta el más mínimo cambio puede hacer que dejen de comer. Puede ser cualquier cosa, desde que haya una nueva mascota en casa, una mudanza o incluso un cambio en el horario de alimentación.

He aquí todas las razones por las que tu gato no come comida, pero sí golosinas, y lo que puedes hacer al respecto.

Contenidos
  1. ¿Por qué mi gato no come comida pero sí golosinas?
    1. Cambios en el entorno
    2. Demasiados premios
    3. Sin rutina establecida
    4. Deshidratación
    5. Comida estropeada o recetas alteradas
    6. Encontrar otras fuentes de alimento
    7. Enfermedades de dientes y encías
    8. Infecciones parasitarias
    9. Enfermedades digestivas inflamatorias
  2. CONCLUSIÓN

¿Por qué mi gato no come comida pero sí golosinas?

Aparte de los cambios en su entorno, hay otras razones que podrían explicar por qué tu gato ha dejado de comer su comida seca. Muchas de ellas son cambios sutiles en su rutina o alimentación, pero también hay que descartar algunos problemas de salud.

Veamos más detenidamente cada posibilidad.

Cambios en el entorno

Como ya se ha dicho, los cambios en el entorno de tu gato pueden ser lo único que hace falta para que se vuelva quisquilloso con la comida. Esto es especialmente cierto en el caso de los gatos domésticos, que se han acostumbrado a las comodidades de la vida y no se adaptan bien a los cambios.

Empieza por mirar a tu alrededor y observar cualquier cosa que haya cambiado. ¿Se ha introducido una nueva mascota o persona en casa? ¿Has pasado de vigilar a tu gato para que coma su comida a dejarlo a su aire? ¿Has dejado de limpiar su cuenco con tanta frecuencia? Cualquier pequeño cambio puede hacer que tu gato deje de comer su comida seca.

Cuando sea posible, por ejemplo si has dejado de lavar su cuenco de comida con tanta frecuencia, vuelve a las viejas costumbres y comprueba si así mejora la alimentación de tu gato. Puede que no te hayas dado cuenta de que has estado dejando pasar cosas así, y al volver a tus hábitos habituales tu gato volverá a comer con gusto.

Si el cambio no puede revertirse, por ejemplo si tienes una nueva mascota, intenta establecer una rutina nueva y coherente para ayudar a tu gato a recuperar su comodidad y empezar a comer de nuevo con normalidad. Puede tardar un poco en adaptarse, pero tu gato debería recuperar el apetito cuando se haya dado cuenta de que estos cambios no son una amenaza para él.

Demasiados premios

Otra razón frecuente por la que tu gato sólo quiere comer golosinas y no come su comida seca es que, para empezar, has sido demasiado generoso dándole golosinas. Esto puede parecer una trampa: tu gato no come mucho, así que le das golosinas, lo que a su vez hace que coma menos. Y así continúa el ciclo.

Sin embargo, los gatos son criaturas inteligentes y pronto se darán cuenta de que si no se comen la cena obtendrán una sabrosa recompensa. Esto puede hacer que, con el tiempo, desarrollen una actitud quisquillosa hacia la comida, además de aumentar el riesgo de varias enfermedades, como la obesidad. Además, las golosinas tienen pocos nutrientes en comparación con las croquetas y no proporcionan una dieta sustancial si se comen solas.

Si éste es el caso en tu casa, tienes que reforzar el buen comportamiento en lugar de recompensar a tu gato por negarse a comer su comida seca. Deja de dar golosinas a tus gatos y dales sólo su comida regularmente a lo largo del día.

Al principio, puede que tu gato siga sin comer su comida. Sin embargo, al cabo de unos días, el hambre se apoderará de él y verás que mejora su apetito por la comida seca. Habrá aprendido que su comida seca es todo lo que va a comer, así que es mejor que coma esto a que pase hambre.

Sin rutina establecida

También es posible que tu gato haya dejado de comer comida seca por no tener una rutina de alimentación establecida. Esto les perturba y dependen de una rutina establecida para comer felices. De hecho, crear una rutina regular para la hora de comer es una forma estupenda de evitar que coma de forma quisquillosa.

Si sueles dejar croquetas para que tu gato las coma durante el día, el primer paso es dejar de hacerlo. En su lugar, sigue un plan de alimentación y ofrécele comidas a horas fijas del día. Después de dejar la comida fuera unos 30 minutos, retira el cuenco y tira lo que quede a la basura. Esto ayudará a tu gato a darse cuenta de cuándo puede comer y contribuirá a que deje de ser tan quisquilloso.

Como mínimo, la rutina de alimentación debe consistir en al menos dos comidas al día espaciadas 12 horas. Sin embargo, algunos propietarios prefieren repartir la comida en cinco o seis comidas más pequeñas, lo que puede ayudar a ralentizar la ingesta y aliviar la indigestión.

Sea cual sea la rutina de alimentación que establezcas, asegúrate de que se ajusta a tus horarios para que puedas comprometerte y cumplirla. Si rompes el horario, volverás a sufrir trastornos y tendrás que volver a empezar.

Deshidratación

También es posible que tu gato haya dejado de comer comida seca pero coma golosinas porque está deshidratado. Esto es especialmente probable si come comida húmeda sin problemas, pero es muy quisquilloso con la comida seca.

La comida seca es, bueno… ¡seca! Esto significa que, si tu gato tiene sed, comer comida seca puede resultarle difícil y provocarle mucha sed. Aunque no pueden resistirse a una golosina, es probable que un cuenco entero de comida seca para gatos les haga rechazarla.

Asegúrate de que tu gato dispone de agua fresca en todo momento y de que repones el agua de su cuenco al menos una vez al día. Si tu gato es quisquilloso a la hora de beber, un bebedero para gatos también puede animarle a beber más; los gatos prefieren el agua corriente al agua estancada.

Puedes probar a poner un poco de agua con su comida seca y ver si esto le anima a comer más. Además de ayudarles a consumir más líquido, les saciará más y es un buen truco para reducir el apetito de los gatos con sobrepeso por haber comido demasiadas golosinas. También puedes mezclar su comida seca con un poco de comida húmeda.

La deshidratación también puede ser la causa de que tu gato deje de comer sus croquetas en los meses más cálidos del verano. Cuando sube la temperatura exterior, los gatos son más propensos a deshidratarse. Además, el calor también puede reducir el apetito de tu gato por una comida pesada, del mismo modo que nosotros preferimos una ensalada ligera a una pesada cena asada en un caluroso día de verano.

Comida estropeada o recetas alteradas

También es posible que la comida de tu gato haya pasado su fecha de caducidad y se haya puesto rancia. Comprueba la fecha de la caja y, si ha pasado la fecha de caducidad, tira la comida sobrante y compra otra. ¿Ya no tienes el paquete? Huélelo y comprueba si huele a caducado.

Si la fecha de caducidad aún está por llegar, piensa si el alimento podría estar estropeado. Esto es frecuente en los meses de verano, ya que la comida seca absorbe más humedad del aire cuando hace calor, lo que también hará que las galletas se pongan rancias. De nuevo, sustituye el suministro y comprueba si así tu gato recupera el apetito. Para evitar que la comida para gatos se estropee en el futuro, asegúrate de conservarla en su envase original y coloca la bolsa en un recipiente hermético. Guarda este recipiente en una habitación fresca y sin humedad para que su frescura sea duradera.

Otra posibilidad es que el fabricante haya introducido cambios sutiles en la receta. Esto podría explicar por qué tu gato ya no come comida seca aunque sea la que le has dado durante años. Como los gatos son particulares, incluso pequeñas alteraciones de la receta podrían introducir cambios sutiles en el sabor que no les gustaran.

Encontrar otras fuentes de alimento

Si observas que tu gato no come mucho pero se comporta con normalidad, podría ser que esté comiendo… ¡pero no la comida que le pones en el cuenco! En lugar de eso, podría estar encontrando fuentes de comida en otra parte, como un vecino o cazando su propia comida.

Por supuesto, esto sólo es posible si tienes un gato en el exterior. Si dejas salir a tu gato, asegúrate de que lleve un collar que indique a los demás que tiene un hogar cariñoso donde se le alimenta. Con suerte, esto disuadirá a los buenos samaritanos de alimentar a un gato que suponen abandonado.

También puede ocurrir que tu gato cace ratones y pájaros pequeños para cenar. A algunos gatos les gusta el lujo y que les sirvan la comida en bandeja de plata, mientras que otros disfrutan cazando su próxima comida. Tu gato tiene muchas posibilidades de cazar presas en el exterior, lo que significa que, cuando llega la cena, sencillamente ya no tiene hambre.

Aunque la caza es un comportamiento natural de los gatos, prueba a ponerle un cascabel en el collar si quieres reducir la cantidad de animales salvajes que matan. Esto es bueno para el medio ambiente local y también te permitirá saber mejor qué come realmente tu gato.

Enfermedades de dientes y encías

Tu gato también puede haber desarrollado enfermedades dentales que le causen problemas en dientes y encías. De hecho, las enfermedades de dientes y encías afectan a entre el 50% y el 90% de los gatos mayores de cuatro años. Hay unos cuantos tipos diferentes de enfermedades dentales, pero las tres más comunes son:

  • Gingivitis: Inflamación de las encías debida a la acumulación de placa en los dientes. El exceso de placa alberga bacterias que se acumulan y dañan las encías y los dientes, haciéndolos demasiado sensibles y haciendo que comer sea más doloroso.
  • Periodontitis: Si la gingivitis no se trata, puede convertirse en periodontitis y es cuando el tejido que rodea los dientes y las encías se debilita, provocando la pérdida de dientes.
  • Reabsorción dental: Es la causa más frecuente de pérdida de dientes en los gatos y consiste en que los dientes empiezan a romperse de dentro hacia fuera.

Mientras que la periodontitis y la reabsorción dental pasan desapercibidas, la gingivitis puede pasar desapercibida con facilidad. A pesar de ser la menos grave de las tres enfermedades dentales, puede hacer que tus gatos duden a la hora de comer, sobre todo cuando se trata de comida seca. Como la comida seca es más difícil de masticar que la húmeda, puede causar molestias añadidas.

Tal vez te preguntes: "¿Por qué mi gato ha dejado de comer comida seca pero come golosinas?", pero incluso ligeros cambios en la forma de las golosinas de tu gato frente a sus croquetas podrían facilitar la ingesta de las primeras. Por ejemplo, si tu comida seca tiene forma de triángulo pero tus golosinas son circulares, a tu gato le resultará menos doloroso comer las golosinas que sus galletas normales.

Para determinar si tu gato padece una enfermedad dental, deberás acudir al veterinario. Entonces podrá prescribirle un tratamiento para aliviar la afección y que vuelva a comer sin dolor. Las revisiones periódicas son esenciales, pues mientras que la gingivitis suele ser reversible, las afecciones dentales que no se tratan pueden convertirse en graves problemas de por vida.

Infecciones parasitarias

Los parásitos también pueden haberse introducido en el aparato digestivo de tu gato y causarle dolor y molestias estomacales. Esto podría estar desanimando a tu gato y disminuyendo su apetito.

Hay toda una serie de parásitos microscópicos, pero los más comunes son ascárides, gusanos del corazón, tenias y anquilostomas. En los adultos, los parásitos rara vez causan daños o preocupaciones importantes, pero pueden ser un problema grave en los gatitos jóvenes.

Junto con la disminución del apetito, otros síntomas de las infecciones parasitarias son vómitos, diarrea y pelaje apagado. Sin embargo, tu veterinario podrá realizar pruebas para determinar si tu gato está infectado y por qué parásito, y proporcionarle el tratamiento adecuado. Una vez eliminados los parásitos del organismo de tu gato, deberías ver que su apetito vuelve a la normalidad.

Enfermedades digestivas inflamatorias

Otro motivo de un cambio repentino del apetito podría ser una inflamación de los órganos digestivos que hace que tu gato se sienta mal. A causa de estas náuseas, tu gato puede dejar de comer. Sin embargo, esto es menos probable si tu gato ha dejado de comer comida seca pero come golosinas. No obstante, es bueno descartarlo para tu tranquilidad.

Hay varios problemas gastrointestinales distintos que podría estar padeciendo tu gato, en los que se inflaman uno o los tres órganos digestivos principales: el hígado, el páncreas y el intestino delgado. La anatomía del aparato digestivo de un gato hace que todos estos órganos estén situados cerca unos de otros. Por tanto, es frecuente que si un órgano digestivo se infecta, se infecten todos.

Si esto ocurre, se conoce como triaditis felina y es la más grave de las posibles enfermedades digestivas inflamatorias felinas. Si padece esta enfermedad, tu gato mostrará otros síntomas junto con una disminución del apetito, como vómitos y diarrea, y pérdida de peso.

Tu veterinario examinará a tu gato y descartará otras causas de malestar digestivo. Afortunadamente, esta afección suele poder tratarse y regularse fácilmente mediante medicación y dieta.

CONCLUSIÓN

Es probable que estas nueve razones expliquen por qué tu gato ha dejado de comer comida seca pero sigue comiendo golosinas, o ha perdido totalmente el apetito. Considera la posibilidad de no dar golosinas a tu gato durante un tiempo, establecer una rutina estricta de alimentación y controlar cómo afectan los cambios en su entorno a su consumo de comida. Además, asegúrate de que su comida está caducada.

Aunque es menos probable, también es importante que lleves a tu gato a revisiones periódicas con el veterinario para comprobar su salud digestiva y dental. Así te asegurarás de que no hay enfermedades subyacentes y de que tu gato es feliz y está sano.

Sean cuales sean los cambios que introduzcas, asegúrate de introducirlos gradualmente y ten paciencia con tu gato. Los gatos son quisquillosos con la comida, así que la constancia y la autodisciplina pueden ser suficientes para que tu felino deje de ser tan quisquilloso.

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