Cómo evitar que mi gato intimide a mi otro gato

cómo evitar que mi gato intimide a mi otro gato

A veces, puede parecer que tus gatos se odian absolutamente.

La mayoría de las veces, uno de ellos parece tratar siempre a los demás como un matón de colegio genérico: comiéndose la comida de los demás, apartándolos o siseándoles con desprecio. Puedo afirmar que no eres la única que observa este tipo de comportamiento en los hogares con varios gatos.

Es bastante frecuente observar comportamientos agresivos de los gatos entre sí. Como todos sabemos, los gatos son animales independientes y posesivos que crean sus propias reglas en su forma de vida. A menos que dos gatos hayan crecido juntos y se hayan acostumbrado el uno al otro durante mucho tiempo, puede resultarles difícil llevarse bien al principio y esta relación hostil inicial puede persistir con el tiempo.

Por eso, presentar a los gatos con éxito es crucial para que establezcan una relación sana entre ellos. Sin embargo, soy consciente de que si estás leyendo este artículo, lo más probable es que ya hayas superado el punto de la introducción. No te preocupes, porque en ese caso, aún hay medidas que puedes tomar para establecer una relativa paz futura entre tus gatos.

La herramienta más eficaz para tratar la agresividad felina es el condicionamiento conductual del gato agresivo. Puede ser un proceso que lleve un poco de tiempo, pero una vez que te aferres a él, podrás sustituir la agresividad por la tolerancia y la coexistencia pacífica. Por supuesto, cada contexto y cada gato son muy diferentes. Por ello, te recomendamos que leas a continuación las formas de afrontar la agresividad derivada de diversos problemas.

Contenidos
  1. ¿Por qué mi gato intimida a mi otro gato?
    1. Están en celo
    2. Cambios ambientales
    3. Presencia de un "blanco fácil
    4. Disputas territoriales
    5. Agresión redirigida
    6. Afecciones médicas
  2. ¿Cuáles son los signos del acoso en los gatos?
    1. Señales vocales
    2. Gestos de confrontación
    3. Bloquear el acceso
    4. Agresión física
  3. ¿Cómo puedo prevenir la agresividad entre gatos?
    1. Reintroduce a tus gatos
    2. Esterilización o castración
    3. Reduce la necesidad de compartir
    4. Cambia de método de alimentación
    5. Interrumpe la pelea de gatos en cuanto puedas
    6. Acondicionamiento conductual para el gato abusón
    7. Establece un espacio seguro para el gato víctima
  4. CONCLUSIÓN

¿Por qué mi gato intimida a mi otro gato?

El secreto para saber cómo prevenir cualquier cosa es conocer sus causas. Si cortas el problema de raíz, lo resuelves de forma sencilla, eficaz y permanente. Lo mismo ocurre con la agresividad entre gatos: si sabemos por qué los gatos actúan de esta forma agresiva, podemos contrarrestar esta causa para detenerla.

En la mayoría de los casos, la agresividad felina es consecuencia de disputas territoriales entre tus amigos peludos. Sin embargo, los cambios en el entorno, estar en celo, las afecciones médicas y la agresividad redirigida pueden provocar tensión. Esto puede ocurrir aunque tus gatos se hayan llevado bien antes. A continuación analizamos más a fondo todas estas razones.

Están en celo

Sólo las gatas no esterilizadas entran en celo, así que si tienes un gato macho o una gata esterilizada, puedes pasar por alto éste. Sin embargo, si tienes una hembra activa que parece ser intermitentemente agresiva con tus otros gatos, el celo es una razón probable. De hecho, el celo es uno de los motivos más frecuentes de agresión física entre gatos.

Las gatas activas pasan por el ciclo del celo, durante el cual insisten en encontrar pareja. Una gata en celo intentará sin descanso salir al exterior para buscar pareja, aullará y llorará para llamar su atención, y marcará su territorio frotándose y orinando.

Pero además de rociar orina, inquietud y mayor vocalización, estar en celo también provoca agresividad en las gatas. Sisean y gruñen más de lo normal, e incluso pueden volverse físicamente agresivos. Este comportamiento no sólo puede dirigirse a otros gatos, sino también a ti. Tu gatita está tan decidida a encontrar pareja que no dejará que nada se interponga en su camino.

Los gatos machos no entran en celo, aunque no estén esterilizados. Los machos activos lo están todo el tiempo. Sin embargo, pueden sentir cuando una hembra cercana está en celo, lo que puede excitarlos. Esto suele provocar un aumento del comportamiento físicamente agresivo. Durante este periodo, el gato macho perseguirá a otro gato acorralándolo por detrás y le morderá el cuello para poder aparearse.

Cambios ambientales

Los gatos son animales de costumbres y se estresan con facilidad. Sin embargo, la mayoría de los factores estresantes son temporales y es poco probable que provoquen grandes cambios de comportamiento en tu gato. Por ejemplo, los ruidos fuertes de unas obras cercanas pueden sobresaltar a tu gato, pero es improbable que le provoquen agresividad. Del mismo modo, un invitado desconocido que visite tu casa puede hacer que tu minino se sienta incómodo, pero su estado de ánimo volverá pronto a la normalidad una vez que el invitado se marche.

Sin embargo, el estrés grave o el estrés prolongado pueden desencadenar un inicio de agresividad felina. Esto suele ocurrir cuando se producen grandes cambios en el entorno de tu gato. Algunos ejemplos frecuentes de cambios ambientales son

  • Mudarse a una casa nueva
  • La incorporación de otra mascota o humano al hogar
  • Cambios permanentes en la rutina diaria
  • Reorganización de los muebles de la casa, etc.

Básicamente, se trata de cualquier tipo de cambio que cause confusión y exija un restablecimiento de la dinámica social y territorial en torno a la casa. Los gatos dependen mucho de la estabilidad de su territorio y su rutina. Cualquier factor nuevo que se introduzca en tu casa pondrá en entredicho esta estabilidad y afectará a tus gatos.

Intenta que estos cambios sean mínimos. Si no se puede evitar el cambio, facilita una transición controlada y sutil en la medida de lo posible. Por ejemplo, si vas a tener una nueva mascota, organiza una presentación adecuada. Si vas a cambiar los muebles, distribuye el proceso en un par de días. Si te has mudado a un piso nuevo, asegúrate de que tus gatos sepan dónde está cada cosa (cajas de arena, platos de comida) y proporciona a cada uno de ellos mucho espacio separado.

Presencia de un "blanco fácil

No se suele pensar que los gatos tengan jerarquías de dominación como los perros. En cambio, se les considera una especie solitaria e independiente. Sin embargo, ¡esto no es cierto! Los estudios sobre grupos de gatos en la naturaleza han demostrado que los gatos pueden vivir juntos, y de hecho lo hacen. A falta de un ejemplo mejor, piensa en la popular película El Rey León. La manada de leones tiene un líder y todos los demás miembros de la manada respetan y siguen sus decisiones, deseos y necesidades.

Aunque no nos demos cuenta, en los hogares con varios gatos también se da una jerarquía territorial similar delante de nuestras narices. Y el gato dominante tiene la mejor vida. Comen antes que los demás y saben que son los jefes. Pueden hacer lo que quieran cuando quieran. Suena bien, ¿no?

Cuando dos gatos viven juntos por primera vez, establecerán rápidamente cuál de ellos asumirá este papel de líder. Podríamos suponer que un gato residente de más edad sería más propenso a intimidar a un gatito recién llegado. Sin embargo, no siempre es así. Es muy posible que un gatito acabe intimidando a un gato mayor, o que un recién llegado aterrorice al gato residente. No hay ninguna regla que determine que un grupo de edad, sexo o rasgo físico se convierta en objetivo.

Incluso una vez establecida inicialmente la jerarquía, las cosas pueden cambiar rápidamente. Cuando hay un gato "vulnerable" en tu casa, puede convertirse en un "blanco fácil" para tu(s) otro(s) gato(s) en su afán por establecer una jerarquía. Según las circunstancias, el gato vulnerable puede ser un gatito, un gato mayor, un gato herido, un gato callejero, un gato recién llegado o el gato residente.

A menudo lo vemos cuando el gato líder envejece o enferma. Los demás gatos pueden mostrarse agresivos hacia el líder para intentar robarle la corona. Ser agresivo o vulnerable depende de muchos factores, como el estado psicológico del gato, su inclinación inherente a la introversión o la extroversión, y la vida que ha experimentado hasta ahora.

Disputas territoriales

No hay que olvidar las disputas territoriales. Los gatos son criaturas extremadamente territoriales y les gusta marcar su territorio y sentir propiedad y familiaridad con espacios, objetos y humanos. Lo hacen marcando con su olor. Cada vez que ves a tu gato frotarse contra los muebles de tu casa o revolcarse por el suelo, está esparciendo su olor sobre ese objeto y reclamándolo como suyo.

Cuando varios gatos viven juntos, pueden olerse unos a otros en "sus" objetos y espacios. Sienten que su territorio está siendo invadido por un intruso. Esto puede desencadenar agresiones territoriales en los gatos, que suelen consistir en silbar, dar manotazos y perseguir al intruso. Esto es más frecuente si el espacio compartido es estrecho y cuando se comparten la mayoría de los objetos.

La mejor forma de evitar estos problemas (como verás a continuación con más detalle) es proporcionar a cada gato su propio conjunto de objetos y espacio. Consigue varias cajas de arena, cuencos de comida, juguetes, perchas, etc. Así disminuirán las posibilidades de que se peleen por la propiedad de estos objetos. Si puedes, asigna a cada gato un espacio seguro individual con ayuda de puertas inteligentes para gatos. Coloca sus cajas de arena y platos de comida lejos unos de otros o en habitaciones separadas.

Agresión redirigida

Otra posible razón por la que tu gato intimida al otro es la agresión redirigida. En este caso, tu gato acosador está molesto y frustrado por algo que no tiene nada que ver. Sin embargo, en lugar de desquitarse con el objetivo, tu gato descarga su rabia con tu otro gato.

Un ejemplo habitual de esta situación es un pájaro que sale por la ventana y que tu gatito no puede alcanzar. Su instinto cazador le dirá que se abalance sobre él, pero como la ventana le impide el paso, se siente muy frustrado y enfadado. Si tu otro gato está en la habitación en ese momento, puede ser la válvula de escape de la ira de tu gato. La mayoría de las veces, suele ser el gato que está más abajo en la jerarquía social el que recibe el golpe.

Si el comportamiento de tu gato se debe a una agresión redirigida, sus arrebatos agresivos serán episódicos. Sin embargo, el comportamiento del gato objetivo (el que se utiliza como válvula de escape) cambiará a largo plazo. Esto puede causar un conflicto prolongado entre tus gatos. A menudo, el gato objetivo temerá al otro gato, huyendo de él siempre que estén en la misma habitación y mostrándose evasivo. 

Afecciones médicas

Por último, existe la posibilidad de que tu gato intimide al otro debido a una enfermedad. Si tu gato padece una enfermedad, es probable que notes otros signos clínicos. Además, las afecciones médicas subyacentes provocan un aumento general de la agresividad. Tu gato estará más enfadado en general, en vez de enfadarse e intimidar a un gato en concreto. Aun así, merece la pena mencionarlo para que puedas descartar estas afecciones médicas.

Lo más frecuente es que el comportamiento agresivo se deba a enfermedades que causan dolor, como la artritis. Tu gato se sentirá frustrado y enfadado por estar permanentemente incómodo, por lo que se volverá más agresivo. Las enfermedades que provocan desequilibrios hormonales y los trastornos cerebrales también pueden modificar su forma de reaccionar ante determinadas situaciones. La pérdida de visión y/o audición es otra posibilidad.

Si crees que tu gato es agresivo debido a una enfermedad subyacente, llévalo al veterinario. Cuanto antes lo hagas, ¡mejor! Tu gato puede estar sano al 100%, pero es mejor descartar cualquier enfermedad cuanto antes. Si tu gato está enfermo, podrás darle el tratamiento que necesita.

¿Cuáles son los signos del acoso en los gatos?

A veces es fácil confundir el juego inofensivo y divertido con el acoso. Muchos propietarios olvidan que los gatos fueron animales no domesticados. Los genes de sus antepasados salvajes siguen presentes en su ADN. Es normal que los gatos jueguen un poco bruscamente, tanto entre ellos como con sus juguetes.

También puede ser difícil sospechar del acoso si no aparece en forma de pelea física. Aunque la mayoría de los gatos se vuelven físicamente agresivos entre sí, la agresividad se presenta en todas las formas y tamaños. Los propietarios suelen pasar por alto e ignorar este tipo de acoso.

Entonces, ¿cómo podemos saber con seguridad si nuestro gato está siendo intimidado?

He aquí los signos inconfundibles que te ayudarán a reconocer la agresividad entre gatos.

Señales vocales

Cuando pensamos en qué ruido hacen los gatos, la mayoría diremos "maullido". Sin embargo, los maullidos son lo que los gatos utilizan para comunicarse sólo con los humanos. Si prestas atención a dos gatos, suelen ser bastante silenciosos. Los únicos ruidos que se oyen entre gatos que se llevan bien son murmullos y ronroneos.

Sin embargo, si oyes a tus gatos sisear o gruñir, están siendo agresivos. De hecho, los siseos y los gruñidos son signos característicos de hostilidad entre gatos. También puedes oír siseos ocasionales durante juegos inofensivos. Sin embargo, si observas que tus gatos se enfrentan y sisean constantemente, es una clara señal de hostilidad entre tus amigos peludos.

Estas señales vocales no siempre desembocan en una pelea en toda regla, pero debes vigilar la situación. Si un gato sisea constantemente al otro, puede que le esté impidiendo el acceso a determinados lugares u objetos.

Gestos de confrontación

Los signos vocales de agresividad antes mencionados suelen ir acompañados de determinados gestos y lenguaje corporal. Recuerda que los gatos pueden mostrar desprecio sin llegar a las manos.

Los gatos que están contentos y felices suelen tener las orejas erguidas. Su lenguaje corporal parece relajado, en lugar de tenso. Esto es cierto incluso cuando tus dos gatos juegan juntos: estarán alerta y activos, pero relajados. Además, el tiempo de juego suele ir precedido o concluir con sesiones de mimos y/o acicalamiento. Puedes estar seguro de que una pelea seria no empieza ni termina con esas sesiones de vinculación.

Cuando los gatos están a punto de pelear, su lenguaje corporal y sus gestos cambian. Echan las orejas hacia atrás por detrás de la cabeza, hinchan la cola y arquean la espalda. Miran fijamente a su oponente, evaluando su más mínimo movimiento. Si ves que alguno de tus gatos muestra este lenguaje corporal con el otro, podría estar a punto de estallar una pelea. Es el momento perfecto para distraerlos antes de que las cosas pasen a mayores.

Bloquear el acceso

Bloquear el acceso es una de las formas más peligrosas de acoso en los gatos. El gato acosador suele bloquear el acceso del gato víctima a su comida, a su caja de arena, a determinadas zonas de la casa, a sus juguetes e incluso a tu afecto. Puede ser difícil darse cuenta de este tipo de acoso sutil, pero puede ser psicológica y físicamente muy perturbador para el gato víctima si este tipo de acoso persiste.

Asegúrate de estar atento y buscar señales de este acoso sutil. Puedes sospechar que se están produciendo asuntos turbios si descubres que uno de tus gatos utiliza lugares distintos de su caja de arena para orinar o defecar. Esto puede ser un indicador de que no tiene fácil acceso a su caja de arena. También puedes observar que un gato está perdiendo peso, mientras que el otro está acumulando kilos. El gato abusón podría estar bloqueando el acceso a la comida de tu otro gato y comiéndosela él mismo.  

También es posible que sorprendas a tu gato bravucón siseando y gruñendo con frecuencia a tu otro gato cada vez que se acerca. El gato abusón puede estar vigilando ciertas zonas y no dejar que tu otro gato se acerque a esos lugares. Presta atención a dónde tienen lugar estos silbidos y gruñidos: ¿es delante del cuenco de agua o comida del gato amenazado? ¿Frente a la caja de arena? ¿Es cuando tu gato agresor está en tu regazo y no dejas que tu otro gato se acerque a ti?

Agresión física

La agresión física real es un signo no tan sutil de acoso. Aunque es posible pasar por alto las señales antes mencionadas, ésta debería ser bastante difícil de pasar por alto. Las peleas de gatas pueden llegar a ser muy intensas e incluso provocar lesiones graves si no se manejan adecuadamente. Si intentas intervenir en medio de la pelea, también podrías acabar lesionado.

Como he dicho antes, a veces puede ser difícil distinguir entre juegos inofensivos y peleas. Sin embargo, una vez que tienes en cuenta todo lo que precede, puedes estar bastante seguro de cuál es el caso. Si tus gatos se acicalan y se abrazan y parecen relajados en compañía del otro, es probable que sólo estén jugando. Por otra parte, si parecen vocal y físicamente tensos y rara vez pasan tiempo antes o después de llegar a las manos, es probable que se trate de una pelea.

¿Cómo puedo prevenir la agresividad entre gatos?

Pasemos ahora a la parte más importante: ¿cómo puedo evitar que mi gato acose a mi otro gato? La mejor forma de hacerlo es averiguar la causa de la agresividad y partir de ahí. Cortando el problema de raíz, el acoso debería cesar.

Como los trastornos médicos pueden causar agresividad y cambios de comportamiento, tu primer punto de referencia debe ser siempre el veterinario. Ellos podrán tratar o descartar cualquier enfermedad subyacente para que no tengas que preocuparte. Una vez hecho esto, prueba los métodos que se detallan a continuación y comprueba si ayudan.

Reintroduce a tus gatos

Hemos establecido que un buen primer encuentro es la herramienta preventiva más útil contra las agresiones entre gatos. Acostumbrar poco a poco a ambos gatos significa que no se verán como una amenaza o un intruso de su territorio. También les dará la oportunidad de establecer una jerarquía social sin recurrir a la agresión. El proceso puede durar unas semanas, pero merece la pena dedicarle tiempo y esfuerzo.

Sin embargo, si has perdido esa oportunidad, aún puedes volver a crear una introducción facilitando las condiciones adecuadas:

  • Elige un lugar: En primer lugar, elige un lugar neutral en el que el gato intimidado se sienta relativamente cómodo. Asegúrate de que esta habitación sea espaciosa para que pueda haber una distancia segura cuando los gatos necesiten alejarse unos de otros.
  • Proporciónale todo lo esencial: Dentro de la habitación elegida, tienes que poner todos los elementos esenciales de tus gatos, como bandejas sanitarias, comida y agua. No querrás tener que lidiar con sesiones en las que un gato necesite hacer pis u otro tenga hambre. No olvides colocar cuencos separados para el agua y la comida y cajas de arena para cada gato en rincones separados de la habitación.
  • Establece disposiciones de control: A continuación tienes que tomar todas las medidas necesarias para mantener al gato agresivo bajo control. Estos arreglos pueden incluir una correa, una caja transportadora, un collar con valla inalámbrica, así como estímulos disuasorios inofensivos, como sprays o ruidos. Utiliza estas herramientas para controlar inmediatamente al gato agresivo si intenta algo físicamente hostil. Las herramientas limitadoras, como una correa o una caja transportadora, también ayudarán a que el gato amenazado se sienta relativamente seguro en la habitación.
  • Ten a mano las golosinas: Cuando llegue el momento de reintroducir a tus gatos, ten a mano tus golosinas. Las golosinas son tu mejor amigo cuando se trata de adiestrar a tu gato para que adopte o deje de adoptar determinados comportamientos. Ofrecer golosinas sabrosas durante las sesiones de reintroducción creará asociaciones positivas sobre las sesiones. Para que las golosinas funcionen eficazmente, utiliza unas que sepas que les encantan a tus gatos.
  • Fomenta el juego: Ten a mano juguetes e intenta que los gatos jueguen contigo. El tiempo de juego también creará asociaciones positivas entre ellos y será útil como distracción en momentos tensos. Para disfrutar jugando, tus gatos deben estar cómodos: no deben tener hambre, sed ni falta de sueño. Organizar las sesiones en función de estos factores también ayudará.
  • Considera los productos con feromonas: Los collares con feromonas para gatos son los que tienen un mayor efecto tranquilizador. Proporcionarán un empujoncito extra para facilitar un encuentro tranquilo y sin estrés. Como sabes, los gatos son muy sensibles al olfato. Pueden reconocerse entre sí y a los lugares a través de su olor. A menudo frotan la nariz contra las cosas para marcarlas como familiares. Las feromonas sintéticas imitan esta familiaridad y alivian la ansiedad. Los extractos calmantes naturales, como la hierba gatera, también son útiles para aliviar el estrés.

Ten en cuenta que la reintroducción de tus gatos probablemente requerirá más de una sesión. Puede que tengas que mantenerlos separados mientras dure este proceso, organizando encuentros controlados a diario durante unas horas cada vez. Ten paciencia y sigue así. Puedes aumentar la duración de estos encuentros a medida que tus gatos se sientan cada vez más cómodos el uno con el otro.

Esterilización o castración

Como he mencionado antes, una gata en celo no esterilizada puede ser extremadamente hostil y agresiva con otros gatos de tu casa. Los machos activos también se vuelven más agresivos cuando perciben la proximidad de una hembra en celo. Además, los machos activos también son más territoriales en general y tienden a mostrar más hostilidad territorial también hacia otros gatos.

La esterilización (en el caso de las gatas) o la castración (en el caso de los machos) es el método más eficaz para prevenir las agresiones relacionadas con el celo. Lo ideal es realizar estas operaciones antes de que el gato cumpla un año, pero pueden hacerse a cualquier edad. La operación es la intervención quirúrgica más frecuente en gatos y es muy segura. El procedimiento completo sólo dura unos 20 minutos. Habla con tu gato para obtener más información sobre la operación y lo que puedes esperar.

Además de reducir el acoso y la agresividad, la esterilización tiene muchas otras ventajas. En primer lugar, la esterilización eliminará otros comportamientos relacionados con el celo, como el rociado de orina, las expresiones vocales extremas y la inquietud. Estos comportamientos pueden ser difíciles de soportar y eliminarlos te hará la vida más fácil. Además, previene los embarazos no deseados, el cáncer de ovario y de útero, y reduce la probabilidad de cáncer de mama.

Reduce la necesidad de compartir

Como ya se ha dicho, la agresión territorial es muy frecuente en los hogares con varios gatos. Esto puede mejorarse drásticamente reduciendo la necesidad de compartir cosas. Cuando hay uno de cada cosa, es probable que un gato más dominante tome el control de ese objeto. Sin embargo, tener más de uno disminuirá las posibilidades de que tu gato agresor se exceda en sus reivindicaciones territoriales.

De todo, la caja de arena es quizá el objeto más importante que debes duplicar. Si un gato no deja que el otro use la caja de arena, tienes un grave problema entre manos. Las consecuencias pueden ir desde problemas psicológicos hasta problemas del tracto urinario para el gato víctima. Ya conoces la regla de oro: el número ideal de cajas de arena es igual al número de gatos más uno. Coloca las cajas de arena en distintas zonas de la casa si tienes espacio.

Tampoco hay que olvidar otros elementos esenciales. Asegúrate de que cada uno de tus gatos tenga sus propios juguetes, comedero y bebedero. También son imprescindibles varios árboles y perchas para gatos, para que cada uno sienta que tiene un lugar que es "suyo". Los árboles para gatos resistentes son una buena opción si tienes poco espacio. Son lo bastante grandes y resistentes para que los compartan dos gatos.

Cambia de método de alimentación

Una de las situaciones más habituales en las que se intimida a los gatos es a la hora de comer. Incluso con sus propios cuencos, el gato dominante puede bloquear el acceso a la comida del otro gato. Esto no sólo causa tensiones y conflictos, sino que también puede provocar problemas de peso. Uno de los gatos estará desnutrido, mientras que el otro podría padecer sobrepeso u obesidad.

Recomendé colocar los cuencos de comida en lugares separados para ayudar a combatir esto. Para muchos propietarios, colocar la comida en lados opuestos de la habitación funcionará. Pero para los conflictos gatunos más graves, puedes plantearte dar de comer a tus gatos en habitaciones distintas. También puedes cerrar las puertas de estas habitaciones. De este modo, el gato amenazado puede comer tranquilamente en una habitación mientras el gato matón come en otra.

Otra opción es recurrir a la tecnología para facilitarte la vida y hacer más felices a tus gatos. Un comedero automático para dos gatos es una buena opción, pero aun así quizá debas plantearte comprar dos distintos en lugar de uno con separador. Los comederos inteligentes para gatos son una alternativa aún mejor. Yo utilizo un comedero para gatos con sensor de collar. Sólo el gato con el collar correcto puede acceder a la comida, así sabes que no hay robos ni intimidaciones.

Interrumpe la pelea de gatos en cuanto puedas

A pesar de tus esfuerzos por reintroducir a tus gatos y crear un mejor ambiente en casa, pueden producirse peleas. Cuando esto ocurre, tu trabajo consiste en poner fin a la pelea. Debes hacerlo lo antes posible, para que no vaya a más y pueda causar lesiones graves a alguno de tus amigos felinos.

Por eso es tan importante detectar los primeros signos de agresividad. ¿Tienen las orejas aplastadas contra la cabeza? ¿Tienen la cola hinchada y la espalda arqueada? Es el momento ideal para calmar la situación. Aunque tus gatos hayan empezado a pelearse físicamente, sepáralos inmediatamente. ¡No esperes a que se peleen!

Lo más importante que debes recordar es que nunca debes interrumpir físicamente una pelea. Aunque aún no se hayan peleado físicamente, tus gatos estarán en alerta máxima y podrían acabar arremetiendo contra ti. Es probable que te arañen y te conviertan en parte de la pelea. Tus gatos también pueden perder la confianza en ti. A continuación encontrarás opciones alternativas a la intervención física que puedes utilizar para poner fin a una pelea de gatos:

  • Sprays de distracción: En lugar de separar físicamente a tus gatos, intenta utilizar herramientas para distraerlos. Algunos buenos ejemplos son un spray de agua, un spray siseante o un spray disuasorio inofensivo para gatos. Éstos distraerán y confundirán a tu gato, de modo que olvidará que está enfadado.
  • Ruidos fuertes: Si no tienes ninguno de estos artículos, un ruido fuerte puede servir. Puedes aplaudir, golpear dos objetos entre sí o silbar fuerte con las manos. Además, utiliza tu voz como señal verbal para expresar desaprobación. Siempre que tu gato abusón se muestre hostil, utiliza el mismo tono de desaprobación diciendo "¡no!" o "¡no!". Esto condicionará a tu gato a asociar este tono con un comportamiento no deseado.
  • Lanza un objeto blando: También puedes considerar la posibilidad de lanzar algo blando pero que distraiga a tus gatos, como una almohada o uno de sus juguetes blandos. Asegúrate de que el objeto no tenga bordes afilados ni sea pesado: no querrás herir a tus gatos. Intenta apuntar justo a su lado en lugar de directamente sobre ellos.
  • Utiliza una toalla: En casos extremos, puedes intentar apartar a uno de los gatos con una toalla. Esto la desorientará y distraerá, al tiempo que te ahorrará los arañazos sangrientos. Lleva al gato a una habitación aparte para que se calme.

Acondicionamiento conductual para el gato abusón

Interrumpir la pelea con un estímulo inofensivo pero molesto es una parte importante del condicionamiento conductual. Sin embargo, también debes centrarte en corregir el comportamiento del gato agresor que conduce a la pelea en sí. Esto incluye hacer frente a todas las intimidaciones "sutiles" que he mencionado antes.

El condicionamiento conductual se facilita mejor dando recompensas en el momento adecuado. Para los gatos, la mejor recompensa suele ser una golosina sabrosa. Las golosinas pueden ir acompañadas de palabras de aprobación y elogio por tu parte. No le des la recompensa como distracción durante su acoso, sino asegúrate de que primero se detiene y luego ofrécele la recompensa. Así asociará la recompensa con la detención de la acción en lugar de con su realización.

Además, nunca desprecies ni recompenses involuntariamente el comportamiento agresivo. Siempre que sorprendas a tu gato agresor en un acto de intimidación, condiciónale para que abandone el comportamiento interviniendo con un estímulo molesto. Cuando deje de mostrar el comportamiento no deseado, ofrécele entonces la recompensa. También puedes intentar distraerla con un juguete o un rayo láser. Esto probablemente redirigirá la atención de tu gato e incluso podría transformar ese momento tenso en un momento de juego satisfactorio para él.

Si no te sientes seguro para manejar este proceso, también puedes considerar la posibilidad de obtener ayuda de profesionales veterinarios del comportamiento. Consulta a tu veterinario para que te dé recomendaciones y sugerencias.

Establece un espacio seguro para el gato víctima

Mientras te ocupas de corregir el comportamiento acosador de tu gato agresor, no te olvides de tu gato víctima. El condicionamiento conductual puede ser un proceso largo y ayudará mucho a tu gato acosado si puede disponer de un espacio seguro mientras el gato agresor aprende a ponerse las pilas.

Además de conseguir una caja de arena adicional, juguetes o platos de comida, también puedes plantearte algunos arreglos en tu casa con ayuda de vallas inalámbricas de interior y puertas inteligentes para gatos. El gato amenazado necesita un espacio para sí mismo al que su matón no tenga acceso. Hay dos opciones para crear un espacio seguro que la gata víctima pueda utilizar cuando se sienta estresada:

  • Puertas inteligentes para gatos: El primer método consiste en utilizar una puerta inteligente para gatos. El gato víctima lleva un collar que le permite acceder a través de una puerta para gatos a la habitación segura. La puerta para gatos sólo reconocerá ese collar y se abrirá para él. La gata agresora no puede pasar porque no lleva el collar.
  • Valla inalámbrica de interior: El segundo método consiste en instalar una valla inalámbrica de interior. Esto significa que la gata agresora lleva un collar que activa una "corrección" inofensiva pero molesta (como un sonido agudo o una descarga) cuando traspasa un determinado límite. Puedes ajustar el diámetro de esta valla para que cubra la habitación segura de tu gato víctima.

De estas dos opciones, yo recomendaría la primera. De este modo, el gato víctima tendrá acceso exclusivo a una habitación sin afectar negativamente a tu otro gato. Por el contrario, las vallas de alambre pueden hacer que el gato agresor se sienta más frustrado y agresivo, ya que se le castiga con descargas y sonidos. Además, algunos gatos desarrollarán tolerancia a estas "correcciones" y la valla perderá su eficacia con el tiempo.

CONCLUSIÓN

Como has visto, hay muchas razones y muchas formas de tratar la agresividad entre gatos. En la mayoría de los casos, puedes trabajar para llegar a algún tipo de armisticio. No esperes que tus gatos se enamoren de repente el uno del otro o se conviertan en mejores amigos que se acurrucan juntos. Mantén bajas tus expectativas iniciales y busca una tolerancia y evitación básicas por su parte.

Quién sabe, puede que con el tiempo no sólo lleguen a tolerarse, sino incluso a disfrutar de su mutua compañía. Recuerda que es un proceso que requiere tiempo y paciencia.

Ten en cuenta que si la situación entre tus gatos no mejora y supone una amenaza continua para su seguridad, siempre puedes considerar la posibilidad de realojar a uno de ellos. Sé que suena sombrío, pero es mejor que arriesgar la seguridad y el bienestar psicológico de tus gatos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Solobichos.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Hetzner que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Subir

Si continúas navegando por esta web, entendemos que aceptas las cookies que usamos para mejorar nuestros servicios. Más Información